"Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da."
Miguel de Unamuno

(Re-)empezar


Como ruedas encajadas en el eje del presente, dueño del destino y del camino. Somos esclavos de ojos vendados y manos atadas. 

Luchamos sin saber para qué, sólo luchamos. 
Respiramos sin saber por qué, sólo respiramos. 




El tiempo es un ciclo que muda la piel cada vez que muere agosto. 
Re-empezar, reemplazar. Resignarse a desconocer y reencarnarse en una versión mejorada con piernas de ceniza y fango. 
Mirar alrededor y creer en la suerte. Mirar al interior y renegar de ella. 
Sentir los mordiscos de la impaciencia. Causar la casualidad. 
Ecualizar los tonos más graves y más agudos, ponerse una careta de normalidad y echar a andar. Imponer un ritmo ágil escondido en frases calmadas. 
Beberse las tardes hablando de nubes y claros. Retorcerse entre los tentáculos de la nostalgia y amanecer por la noche. Y esa noche escuchar cómo se derrumba el muro. Escuchar las primeras palabras graves como disparos de bala, embadurnarse de ellas. Correr como si no hubiera un mañana. 
Contar los días en paralelo, viajar en vientos paralelos. Calarse de gotas de lluvia paralelas. 
Tocar el borde entre lo insignificante y lo fundamental. Hacer más anchos los segundos. Vivir creyendo que puede pararse el tren del tiempo. Engañarse y recordar hacia delante. Abrasarse de calor y chocar contra el calendario. 
Pensar, estar ausente, equivocarse y volverse a equivocar; acertar una o dos veces. Verse arder al sol de agosto. Y volver a empezar.

Por quinta vez, (bis).